Cogió
la cazadora de cuero de su padre, todavía manchada de sangre. Metió
la mano por dentro de ella, tal y cómo había dicho en el hospital.
Notó el áspero tacto del papel, me miró y lo sacó.Seguía
llorando y por tanto, no era un buen momento para leerlo, así que la
guardó en el bolsillo.
Era
de noche, y llovía levemente. El bosque producía unos sonidos que
denotaban tristeza. Apenas podía ver nada, estaba exhausto. Sentía
una presión en el pecho que me producía cierta incomodidad.
Volvería a casa y abrazaría a Laura cómo nunca lo había hecho.
Jack seguía llorando en el suelo, desolado. Me acerqué y le tendí
mi mano:
-Vamos,
volvamos a casa.
No
recibí respuesta, ni se había percatado de mi ayuda. Me senté a su
lado y esperé,esperé... Había perdido la noción del tiempo,
estaba desorientado.
Sentía
sobre mi cabeza el rumor de la lluvia, y noté como mis párpados me
pedían una tregua. Mis pensamientos empezaban a dirigirse hacia un
tiempo pasado...
[…]
-Tío,
no sé que hace mi padre por las noches. ¿Y si está enganchado al
alcohol? Llega siempre tarde a casa, oliendo a tabaco. No sé de
donde saca el dinero, hace un mes apenas teníamos para comer y ahora
podría decir que hasta nos sobra...
-Olvídate,
debe tomarse unas cañas con los amigos y deben hablar de sus cosas.
El dinero debe sacarlo de apuestas con los amigos, alomejor tienes un
vidente en casa ja, ja, ja, ja. Sin bromas, esto es lo que se hace
cuando se llega a su edad, ¿no?, es muy normal.
-Desde
que falleció mi madre, se comporta de una forma muy rara. Siento que
me oculta algo, cosa que nunca hubiera pensado antes.Le veía como un
hermano, el hermano que siempre quise tener, la persona con quién
desahogarme y sé que el también me veía de esta manera.
-Piensa
que está dolido, perder a tu mujer no se lo deseas ni al peor de tus
enemigos...
-No
sé Adam, pero empiezo a preocuparme...
-Mira Jack, te llamo esta noche que ahora tengo unos trabajillos, ¿vale?
-Sobre
las once.
Jack
no era especialmente joven, tenía 32 años y no se conservaba
especialmente bien. La prematura muerte de su madre, a los 25, le
había propiciado un gran dolor,pero con ayuda profesional había
conseguido superarlo.
El
padre de Jack, el señor Taylor, era un hombre con un carácter muy
agradable. Siempre tenía una sonrisa para todo el mundo, llevando su
vieja cazadora marrón, que le acompañaba a todas partes. Con la
muerte de la señora Taylor, se había venido abajo, no pudo
soportarlo ni podía superarlo.
Jack
y yo nos conocíamos desde pequeños. Habíamos ido al colegio juntos
y nos perdimos al empezar la universidad. ''Tú a Dallas y yo a
Boston''. Nos prometimos mutuamente no olvidarnos el uno del otro. Y
así fue, a los 23, el destino volvía a unirnos. Yo llevaba 2 años
trabajando en pleno centro de Boston. Llevaba una gran carrera
profesional. Había estudiado publicidad en la prestigiosa
Universidad de Boston,y de manera asombrosa,me había metido en la
prestigiosa marca Sharp.El director me había encargado la misión de
buscar un infórmatico con nivel alto,casualmente el título que
poseía Jack ''Licenciado en Infórmatica Superior''.De esta
manera,empezamos a trabajar codo con codo.
***
Descolgué el teléfono y escuché la voz de Jack. Me saludó y me empezó a contar:
-Papá,
¿de dónde vienes?
-Del
bar, como siempre.
-Apenas
pasas tiempo en casa, además no sé con que dinero te compras el
tabaco y las cañas.Te recuerdo que no llegamos a fin de mes, y el
único que trae dinero aquí soy yo.
-¡Calla!-
gritó al mismo tiempo que me golpeaba fuertemente en la mejilla.
¡Pa...pa...pá...
Yo
permanecía sentado en el sofá, inmóvil, sin dejar de prestar
atención al teléfono.
-''Apenas
podía hablar, nunca me había pegado de esa manera, tartamudeaba y
lloraba de impotencia. Levanté la mirada y vi cómo subía las
escaleras'' - yo seguía sosteniendo el teléfono, asombrado.
La
voz de Laura sacó mi mente de la conversación telefónica.
-¿Qué
pasa cariño?
-Nada
nada, es Jack.
-Pues
cambia un poco la cara, que cualquiera diría que has visto un
fantasma...
-Subo
a la habitación, ahora vuelvo.
Subí
las escaleras que separaban el salón de mi habitación y me volví a
poner al teléfono.
-Adam,
¿sigues ahí?
-Sí
sí, continúa, me estaba preguntando Laura.
-Pues
lo que te decía,que no me gustaría pensar que mi padre está metido
en el tema de las...
-¿Pero
cómo puedes pensar eso?-pregunté con tono de asombro.
-No
sé,estoy desesperado.Me preocupa.Bueno,te dejo,que no quiero que
sospeche.
-Buenas
noches,y entretente,no pienses esas cosas hombre...
-Gracias
tío,buenas noches.
Y hasta aquí,el primer capítulo de ''Déjame marchar'' os espero la semana que viene para el segundo capítulo.
Muy bueno! Me ha encantado, estoy deseando leer el próximo.
ResponderEliminarBien, te prometí leerte y además no como una obligación, sino como un verdadero placer. Veo que has pulido algunas cosas, te ha quedado genial el relato y has conseguido que hoy me vaya a trabajar sin oparar de preguntarme qué le sucederá al padre. Esta tarde seguiré leyendo.
ResponderEliminarMuy buen comienzo, sigue así, amigo.