Resultaba
raro hablar con Jack tan naturalmente del tema de su padre. Sabía
que estaba afectado, pero nunca había sido de los que exteriorizaba
sus sentimientos, salvo en contadas ocasiones.
Pasamos
la mañana en el bar, charlando sobretodo de viejas historias del
colegio, no era estrictamente necesario hablar de drogas, era más
bien un tema tabú, ya que no iba a ser bueno ahogar nuestro cerebro
con dudas que difícilmente podríamos aclarar. Era domingo y había
Fórmula 1, así que nos quedaríamos en el bar a ver la carrera con
unos amigos de la empresa.
El
Tobacco Road era el sitio idóneo para tomar unas cañas con los
colegas, pero mis encuentros con amigos eran en las diferentes casas
de los que formábamos el grupo.
Sobre
las 4, acabó la carrera y partieron cada uno hacia sus casas. Jack y
yo fuimos a dar un paseo, un largo paseo. No faltaban temas de los
que hablar, pero se repetían monótonamente las mismas dudas,
enfocadas desde diferentes puntos de vista. Sobre las 8, ya cuando
empezó a amanecer, y tras haber tomado un helado. Jack me acercó a
casa.
-Nos
vemos el martes.
-Llámame
a casa el lunes por la tarde-noche.
-De
acuerdo. Nos vemos tío, cuídate.
-Gracias
por traerme, y no toques el tema de las drogas con tu padre.
Saqué
las llaves de mi bolsillo y abrí la puerta:
-¡Laura!
¡Estoy en casa!
No
recibí respuesta. Supuse que estaba en el baño, desde donde
conseguías aislarte de cualquier sonido exterior debido al ''genio''
de nuestro albañil, que se equivocó de material.
Entré
en la cocina, bebí un poco de agua y me cogí un yogur. Tenía la
cabeza cargada, no me gustaba la tensión, y a mi cuerpo menos.
Desde
hacía tiempo sufría crisis de ansiedad cuando mi mente acumulaba
mucho estrés, cosa que ya me había hecho coger tres bajas en la
oficina, mareos, desmayos, dolores de cabeza... El ambiente de Boston
conseguía relajarme, al contrario que la Gran Manzana. Laura me
había propuesto alguna vez hacer una escapadita a algún hotel de
Nueva York, pero el ambiente de la ciudad, era lo más estresante que
había visto hasta el momento en Estados Unidos, montones de gente
caminando sin parar, carteles que ocupaban la mitad de la ciudad,
edificios que apenas te permitían ver el cielo...Uf, no podía ni
pensarlo, cerré la nevera y me senté a tomarme el yogur.
Encendí
la televisión y puse las noticias.
''Atraco
en la Avenida McLaren que ha acabado con cinco heridos...''
''La
Bolsa se ha desplomado un 3,5 %...''
''Segundo
acto de violencia de género en lo que llevamos de mes...''
Apagué
la tele. Todo malas noticias. Me autosugestioné lo de buscarme un
hobby en casa, quizás escribir, aunque con el trabajo no iba a ser
nada fácil, pero bueno, podía intentarlo...
-¡Laura!
- Volví a gritar
Habían
pasado cinco minutos y me empecé a preguntar si estaba en casa, pero
sí, estaban sus llaves colgadas en los clavos de la pared.
Decidí
subir a la habitación a ponerme el pijama. Abrí la puerta y:
-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH,
DIOS MÍO, LAURAAAAAAAAA!
Había
un hombre ensangrentado encima de la cama, un hombre de edad
mayor,parecía muerto. Tenía miedo, mucho miedo, y empecé a notar
que me faltaba el aire. Sentía escalofríos. Empecé gradualmente a
perder la visión y perdí el conocimiento...
:O
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